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Corzo

Fotografia del corzo aleatoria

El CORZO ofrece un aspecto bastante tosco: la cabeza es obtusa y corta;el cuello delgado,más largo que la cabeza; el cuerpo relativamente robusto, es grueso en la parte delantera y más bajo en la cruz que en la región sacra; las patas son altas y delgadas, de pesuños pequeños; los ojos, grandes y vivos, tienen largas pestañas en los párpados superiores, y los sacos lacrimales son muy pequeños, apenas insinuados.

Este animal se halla ampliamente difundido en Europa y Asia, excepto en el extremo más septentrional y en el meridional. Su actual distribución revela a menudo la intervención del hombre.

Dentro del área que habita, el corzo vive tanto en los bosques de árboles de pequeña altura como en las grandes selvas de árboles corpulentos, y lo mismo en la llanura que en la montaña. Asimismo los bosques pantanosos constituyen una de sus moradas predilectas. En invierno desciende a los valles y en verano retorna a las montañas, buscando mayor altitud a medida que la temperatura aumenta.

No es un animal sedentario en el verdadero sentido de la palabra, siéndolo tan sólo en aquellos lugares en los que se considera completamente seguro. Siente una verdadera pasión por la libertad y goza de ella mucho más que el ciervo o el gamo.

Sus movimientos son ágiles y elegantes: da saltos portentosos, con los que salva anchos fosos y pasa, sin dificultad, por encima de setos y matorrales. Nada y trepa muy bien; además es astuto y prudente, aunque bastante confiado por naturaleza. Mientras es joven resulta un animal muy simpático por su mansedumbre; pero al envejecer se vuelve testarudo, desabrido y de mal carácter.

El corzo se alimenta habitualmente de yemas y brotes de árboles, cereales verdes y distintos tipos de hierbas. Le gusta la sal y tiene necesidad de agua pura: después de las grandes lluvias se conforma con las gotas que quedan sobre las hojas y, en caso de necesidad, aprovecha incluso el rocío.

El macho adulto pierde los cuernos entre octubre y noviembre: pero a fines de marzo, o a más tardar a primeros de abril, los nuevos han alcanzado su completo desarrollo. Entonces el animal pierde la mansedumbre que lo caracterizaba cuando se hallaba privado de sus armas, si bien no ha alcanzado el grado de inquietud que demostrará más adelante.

Su comportamiento varía hacia mediados de julio, cuando, empujado por un encendido instinto de lucha, se aleja de sus compañeros para vagar solitario por el campo, dispuesto a atacar a cuanto macho se tropieza.

Después de la fecundación, el óvulo de la hembra permanece estacionario cerca de cuatro meses, es decir, hasta la mitad de diciembre, en cuyo momento empieza a desarrollarse con singular rapidez. Por lo tanto, la gestación tiene una duración de unas cuarenta semanas.

Cuatro o cinco días antes del parto la hembra se retira a un lugar aislado del bosque. Las jóvenes suelen dar a luz una sola cría en cada parto, y las de edad más avanzada, dos y a veces tres. La madre esconde a los recién nacidos durante el mayor tiempo posible y al menor peligro les advierte del mismo golpeando el suelo con una pata o emitiendo un silbido especial. En los primeros días de vida, cuando aún están incapacitados para defenderse, la madre, en caso de peligro, se aleja de la yacija y se deja ver ostentosamente para atraer al enemigo hacia ella. Ocho días después del parto, la hembra lleva a sus hijos a pastar y pasados diez o doce días más ya son lo bastante robustos para seguirla a todas partes.

En libertad, la vida media del corzo es de unos doce años. Esta media se reduce a unos siete si el animal se halla en cautividad.

Jabalí


El JABALÍ (Sus Scrofa) es un mamífero de tamaño mediano provisto de una cabeza alargada y puntiaguda, un cuello grueso, unas patas muy cortas y un cuerpo rechoncho de forma cilíndrica. La mala vista de este animal, está compensada con un importante desarrollo del olfato, el oído y el gusto.

El hocico es un órgano olfativo y táctil muy desarrollado. Su olfato, le permite detectar alimento o enemigos a más de 100 metros de distancia. Los caninos inferiores, curvados hacia atrás y de crecimiento contínuo, se afilan en contacto con los caninos superiores. A los dos años, los colmillos sobresalen de la boca del macho. A los cinco años, los colmillos se encorvan; a veces se rompe un canino superior y el colmillo correspondiente se encorva hasta penetrar en la piel.

Sus pelos gruesos y negros miden entre 10 y 13 cm en la cruz y unos 16 cm en la punta de la cola. El pelaje, en su conjunto, es de color grisáceo o rojizo, más gris en verano y más negro en invierno. Las patas y el contorno del hocico son negros. Este último carece de pelo y también es gris. Una crin que recorre el lomo a partir de la frente, se eriza en caso de cólera. El cambio de pelo tiene lugar hacia mayo o junio, aunque la hembra con crías muda más tarde. Durante el primer año de vida su pelambre se oscurece.

El jabalí no suda porque tiene las glándulas sudoríparas atrofiadas. Los baños de barro aseguran su regulación térmica. El jabalí es un animal monogástrico. Contrariamente a los rumiantes, como los antílopes , que poseen un estómago con cuatro cámaras, el jabalí tiene un estómago con dos cámaras.

La hembra es sexualmente madura entre los 8 y los 20 meses y pesa entonces 35 kg por lo menos. La madurez sexual del macho se produce a los 10 meses por término medio, momento en que el animal pesa 30 kg.

El jabalí se adapta a todo tipo de medios (bosque, maquia, matorrales, marismas o zonas de fuerte implantación agrícola) siempre que encuentre en ellos el agua necesaria para calmar su sed y tomar baños de barro. De día permanece en su guarida y sale al atardecer para recorrer su territorio durante parte de la noche. Tan pronto como se les presenta la ocasión, los jabalíes aprovechan los charcos para revolcarse en el barro. Estos bañiles, a veces utilizados por varios animales a la vez, son también importantes lugares de encuentro.

Muy sociables, los jabalíes se desplazan en grupos matriarcales de dos a cinco animales formados por hembras y sus crías. La jabalina (hembra del jabalí) dominante es la de mayor edad y tamaño. Los jóvenes machos de uno y dos años viven en la periferia del grupo. Exceptuando el período de celo, los machos de más de dos años son más bien solitarios.

El jabalí recorre de 2 a 14 km por noche, normalmente al paso o al trote. En el bosque, utiliza casi siempre los mismos pasajes, que va agrandando poco a poco. La madriguera donde pasa el día está unas veces a rs del suelo y otras un poco hundida porque el animal ha excavado la tierra con el hocico y las patas anteriores. En general, estos refugios varían de un día a otro salvo en el caso de las hembras preñadas o con crías, que son más sedentarias.

Durante el período de celo, de noviembre a enero, el jabalí macho busca hembras receptivas de un modo tan activo que a veces llega a olvidarse de su propia alimentación. En cuanto encuentra una piara, empieza por expulsar a los jóvenes del año anterior. En caso necesario, lucha contra sus rivales para conquistar a las jabalinas, generalmente tres, pero en ocasiones hasta ocho.

La gestación suele durar tres meses, tres semanas y tres días. Poco antes del parto, generalmente sincronizado en las hembras de un mismo grupo, cada hembra gestante se aísla al abrigo de un árbol o de un matorral tupido y prepara una cama en forma de caldera, a veces tapizada de vegetales. Una joven jabalina da a luz a tres jabatos; una de mayor edad y tamaño suele tener, por término medio, seis crías frágiles casi imberbes.

Las piaras matriarcales se reestructuran entre una y cinco semanas después de los partos. Los machos nacidos durante el año se alejan entre diciembre y febrero y rondan algún tiempo por la periferia del grupo. Las hembras jóvenes no abandonan la manada hasta abril.

El jabalí es un omnívoro que se alimenta principalmente de vegetales durante todo el año. En Europa, su alimentación es variada: los estudios han demostrado que la especie consume más de 52 plantas distintas. En primavera, siente predilección por las cañas y las hojas de gramíneas. En verano y otoño, predominan en su dieta las flores y las semillas de los cereales cultivados y de los árboles. A fines de invierno, el animal puede contentarse con bayas de hiedra, pero en general los alimentos que le permiten vivir en dicha estación son las partes subterráneas (bulbos y raíces) de la planta, que el jabalí busca hociqueando en el suelo con la jeta.

La parte de la dieta constituida por animales no es despreciable. Probablemente es más importante en los jabatos, aunque nunca rebasa el 20% de la alimentación total. El jabalí puede alimentarse de carroñas diversas: liebres y cervatillos heridos por los cazadores, roedores como los ratones, huevos, pajarillos, lagartos, serpientes, ranas, saltamontes, mejillones y crustáceos.

Durante sus desplazamientos, el jabalí hoza en el suelo en busca de gusanos, parásitos de los árboles tales como larvas de coleópteros y dípteros, y orugas de mariposas. Se alimenta también de insectos, e incluso, los jabalíes observados en la Camargue francesa comen, en invierno, peces que encuentran muertos.

El jabalí se adapta a todo tipo de hábitats siempre que disponga de alimento, de una vegetación alta donde poder camuflarse y de agua para beber y revolcarse en barro. Sus hábitats predilectos son los macizos forestales caducifolios o mixtos, sobre todo si están poco visitados y su nivel inferior es rico en maleza, zarzas y brezales donde pueda revolcarse en seco y al abrigo del viento. Pero también se lo encuentra en el matorral mediterráneo, landas y marismas. Puede vivir incluso en aquellas áreas cultivadas donde la zona arbolada residual no rebasa el 10%. En la montaña, en invierno, puede alcanzar incluso los pastos más altos. En caso necesario, nada bien y durante mucho tiempo. Soporta fácilmente los rigores del invierno gracias a su pelaje que, de octubre a mayo está formado por grandes pelos sedosos y una espesa capa de pelo corto.

Al hozar la tierra durante todo el año, el jabalí la ventila y la modifica. Al contribuir a la diseminación y el sepultamiento de las semillas, desempeña una auténtica función de paisajista del bosque. Este animal, en efecto, provoca la sustitución de ciertas especies de árboles por otros, así como el de robles por abedules o piceas. Al limitar el número de ratones que ocasionalmente encuentra mientras hurga la tierra, y al comer grandes cantidades de orugas y larvas, el jabalí favorece el buen estado sanitario de los árboles e incluso es útil para los agricultores.

Si embargo, desde su conversión en agricultor, el hombre ha defendido sus cosechas contra los jabalíes. Durante el siglo XVIII, por ejemplo, pueblos enteros de Argovie (Suiza) recorrían el bosque armados de tambores y charangas para poner en fuga a los jabalíes.

El jabalí consume sobre todo el maíz en fase de sembrado y de maduración y trigo en el estado lechoso. Cuando come maíz, suele dejar parte de las mazorcas, que quedan enterradas en el campo. Cuando el agricultor siembra trigo después de haber cosechado el maíz, los daños son más graves todavía, ya que el animal no se conforma con consumir el trigo sino que excava en la tierra para desenterrar las mazorcas de maíz fermentadas y comérselas.

En Francia se ha demostrado la eficacia de los pastores eléctricos y de la plantación intencionada de maíz en el bosque especialmente destinado para los jabalíes. Se han utilizado también repulsivos tales como trapos embebidos en petróleo fijados a palos plantados en el suelo. Este olor aleja también a ciervos, corzos y liebres.

 



                 EL BUITRE LEONADO




FISIONOMIA:

Cuello: esta pelado para introducir todo coco en reses muertas.

Alas: tienen la mayor longitud posible en relación a su cuerpo para aprobechar mejor las corrientes térmicas. De esta manera con un aleteo casi nulo se mantienen horas flotando en el aire.

Garras: no son verdaderas rapaces de presa, sus garras no son totalmente prensiles como las de las Aguilas -uñas menos curvadas- que aguilas.

Pico: es muy fuerte, con bordes muy cortantes que les permite incluso arrancar huesos.
COMPORTAMIENTO:

Forman grupos cuyos ejemplares se separan entre sí de 2 a 15 quilómetros para abarcar grandes extensiones y localizar así sus presas. Si un ejemplar localiza un objetivo se tira en picado sobre él y los demás le siguen.

Antes de las diez de la mañana no suelen surcar los cielos ya que necesitan que las columnas térmicas les ayuden a levantar el vuelo.

Es timido ante el hombre aunque se pueden acostumbrar. Dependen enteramente de la comida que les llevan los grupos conservacionistas que recogen reses muertas de los ganaderos que se las ceden previa inspección veterinaria impuesta por la comunidad europea.

La población actual esta limitada a la escasa colaboración ciudadana para alimentarlos y promover nuevas colonias.
No olvidemos que su papel en el equilibrio del ecosistema es el de eliminar la insalubridad en los campos evitando que otros animales -incluidos perros- enfermen al entrar en contacto con los cadáveres.

Es un placer verlos volar a sus anchas en los grandes acantilados de nuestra geografía.
469 PAREJAS DE BUITRE LEONADO EN EL PARQUE DE LAS HOCES (SEGOVIA) El censo de ejemplares de buitre leonado del parque natural de las Hoces del Río Duratón, en la provincia de Segovia, ha aumentado en unas 88 nuevas parejas, con un total de 469 contabilizadas el año pasado, frente a las 381 de 1998. Según los datos de la junta rectora del parque, que se reunió hoy en Sepúlveda, este incremento se constata también en la puesta, con el nacimiento de 250 pollos, en 1999, frente a los 238 del año anterior, lo que indica que se registra un crecimiento constante de esta especie. Otras rapaces se mantienen en similar número respecto a otros años, como el alimoche, con siete parejas, el milano negro, con nueve, el gavilán con seis y el águila calzada, con cinco.


ÁGUILA IMPERIAL (Aquila adalberti) 72-73 cm.

Descripción

De color muy oscuro, presenta manchas claras, contrastadas, en los hombros. Tiene la nuca pálida, las garras robustas, las alas anchas y largas y la cola rectangular. El plumaje de los jóvenes es marrón-rojizo claro, pasando por diversas fases de oscurecimiento general que incluyen la aparición paulatina de las manchas claras hasta los cinco años, en que alcanzan la madurez sexual

El adulto es una gran rapaz oscura con nuca y hombros blancos y complexión robusta. Pico negro azulado y cera y patas amarillas. La hembra es algo mayor que el macho.

Hábitat

Bosque de clima mediterráneo. Habita en encinares y alcornocales de sierras y llanuras, con amplias zonas despejadas en las cercanías, estando presente a veces en zonas de pinos entremezclados con matorral mediterráneo.

Costumbres

Caza en terrenos abiertos. Normalmente captura desde el aire, aunque los ejemplares jóvenes suelen cazar más al acecho. La alimentación es a base de vertebrados, mamíferos (conejos), aves, reptiles e incluso carroña en invierno.

Se encuentra en grave peligro de extinción, ya que su dependencia de biotopos forestales, la caza y los tendidos eléctricos son factores limitantes. El territorio de caza puede abarcar unas 2.000 hectáreas. En la Región es todavía frecuente encontrar nidos con tres pollos, aunque la influencia de la contaminación por insecticidas y pesticidas ha hecho aumentar alarmantemente el número de huevos infértiles. Su puesta normal es de cuatro a cinco huevos. Su dieta está compuesta principalmente por liebres, palomas, córvidos y conejos.

Nidificación

Construye el nido en árboles grandes (encinas, alcornoques...), en lo más alto de la copa, de gran tamaño. La puesta es de 2-4 huevos y es anual.

 


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